lunes, 24 de septiembre de 2007

Paralelismos entre los Tecos y la Cienciología

El fanatismo, tanto político como religioso, suele convertirse tanto en un jugoso negocio como en medio ideal para tratar de controlar las vidas de los demás para todos aquellos que, privados de cualquier rasgo de decencia y respeto hacia su prójimo, han decidido lucrar con las esperanzas y temores de otros en beneficio propio, sin importarles las vidas que tengan que destruír en aras de sus mezquinos y mundanos intereses.

En el terreno político, el paradigma de lo que se acaba de señalar son, desde luego, los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, los creadores de la Organización Nacional del Yunque, quizá la peor amenaza que acecha en estos momentos a México y a Latinoamérica desde la clandestinidad. En el terreno religioso, un paradigma que se ha citado frecuentemente en la literatura es la pseudo-religión conocida como la Cienciología. Y ambas, aunque sin relación alguna entre sí, son tan parecidas en sus tácticas y procedimientos, que bien podrían haber sido creadas por el mismo engendro.

Antes de continuar, veamos una noticia que apareció publicada en Internet en los noticieros de Yahoo! el 4 de septiembre del 2007:

Fiscales belgas acusaron el martes a la Iglesia de la Cienciología de extorsión, fraude y otros crímenes y buscaron llevarla a juicio, junto a miembros clave de esa organización.

Fiscales federales dijeron que estaban acusando a la iglesia en Bélgica, a su oficina europea en Bruselas y a 12 de sus miembros, por delitos incluyendo práctica ilegal de la medicina e incumplimientos comerciales.

Los fiscales también están considerando si la iglesia debería ser calificada como una organización criminal, luego de una investigación generada por quejas de hace 10 años.

Una portavoz de la fiscalía no quiso dar detalles específicos.

Un tribunal examinará inicialmente el caso y determinará si llevarlo a juicio. Debería decidir en octubre o noviembre.

La Iglesia de la Cienciología advirtió que los fiscales belgas están usando los medios para dañar su reputación desde hace 10 años y que aún no habían podido llevar el tema a una corte.

"Como consecuencia, esto creó un clima de intolerancia y discriminación en la sociedad belga hacia la Iglesia de la Cienciología y los cienciólogos," dijo en un comunicado y agregó que están buscan consejo legal.

En abril, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó en contra de Rusia por rehusarse repetidamente a reconocer a la Iglesia de la Cienciología de Moscú.

Los fiscales belgas aseguraron que no están buscando prohibir la iglesia en Bélgica, pero que apunta a perseguirla a ella y a sus miembros por ciertas actividades.

Varios países europeos se han rehusado a registrar como iglesia al grupo formado por el escritor de ciencia ficción L. Ron Hubbard.

Es mucho lo que la extrema derecha mexicana Yunquista y el culto de la Cienciología tienen en común, aunque ambas se puedan ver como enemigas mortales la una a la otra.

Veamos las similitudes.

En Bélgica, tomando como base los testimonios de seguidores que han optado por abandonar esta secta siniestra, las autoridades han llegado a la conclusión de que la Cienciología recurre a prácticas de intimidación y extorsión para asegurarse de la lealtad de sus miembros. ¿Y cómo lo logra? Pues resulta que, como parte de sus costosísimas "terapias espirituales", le extrae a sus adeptos una enorme cantidad de datos íntimos sobre incidentes penosos que forman parte del pasado de ellos, confesiones que tal vez no le harían ni siquiera a un sacerdote católico, con las cuales los líderes de la secta están en una posición privilegiada para poder chantajearlos después. En esto, los Tecos no son en nada diferentes a ellos, puesto que antes de ser ingresado a la siniestra organización ultra los candidatos son requeridos de llenar un cuestionario en donde deben soltarle a sus nuevos amos una enorme cantidad de datos con los cuales los tendrán perfectamente ubicados. Y tras esto, el sólo hecho de pertenecer o de haber pertenecido a esta organización puede resultar tan vergonzoso para muchos que es preferible callar antes que reconocer públicamente que "yo fuí uno de ellos".

Tanto la Cienciología como los Tecos se presentan ante sus seguidores como "salvadores". En tanto que la Cienciología afirma que tiene todas las respuestas para todo lo malo que está ocurriendo en este mundo -algo a lo que le llaman la mente reactiva en el hombre- así como las recetas mágicas elaboradas por el charlatán creador de la secta L. Ron Hubbard para poder "liberarse" espiritualmente logrando capacidades y habilidades extraordinarias -la Cienciología charlatana jamás ha presentado ante la comunidad científica un solo ejemplo de ello- los Tecos afirman que tienen todas las respuestas a todo lo malo que está sucediendo en este mundo, y eso malo -según ellos- es "la gran conspiración judía masónica comunista", de la cual ellos se presentan a sí mismos como "salvadores". Las obras en las cuales se basa la Cienciología son esencialmente el producto de un escritor de ciencia-ficción, cuya obra cumbre fue una fantasía concebida por completo en su enfermiza imaginación, una fantasía que decidió presentar como cierta, la ficción de la Dianética, cuyo punto de entrada es el libro "Dianética: La Ciencia Moderna de la Salud Mental" (una "ciencia" que no se enseña en ninguna otra parte más que dentro de la "iglesia" de la Cienciología, ya que ninguna universidad de prestigio alrededor del mundo reconoce a la "dianética" excepto como lo que es, un fraude) mientras que la obra en la cual se basan los T y sus progenitores (el Nazismo y el Fascismo) es también otra ficción, ese fraude literario llamado "Los Protocolos de los Sabios de Sión".

La Cienciología trata de presentarse como una organización sin fines de lucro. También la Universidad Autónoma de Guadalajara hace lo mismo. Y ello con un solo objetivo en mente: lograr la exención de impuestos a la cual tienen derecho las organizaciones sin fines de lucro. Pero quien haya visto las tarifas que la Cienciología impone por sus servicios -Spectator invita a sus lectores a inquirir en esto por cuenta propia- y la forma tan opípara en la cual viven los vivales que dirigen el legado monstruoso dejado por su santón fundador, podrán dar fé de que esta pseudo-religión podrá ser cualquier cosa excepto una organización sin fines de lucro. Del mismo modo, quien tenga conocimiento de las altas colegiaturas que se cobran en la Universidad Autónoma de Guadalajara, y que haya comprobado por cuenta propia la forma en la cual viven los dueños de este negocio, podrá dar testimonio propio de que esta negocio educativo podrá ser cualquier cosa excepto una organización sin fines de lucro.

Ambas organizaciones, pese a ser organizaciones esencialmente criminales que se dedican a estafar y embaucar a sus seguidores, se la pasan chillando como plañideras quejándose de una supuesta persecución de la que son objeto por estar propagando "la verdad": mientras que la Cienciología argumenta que es acosada y perseguida por la gente "supresiva" (aquellos que no han sido "liberados" espiritualmente por los métodos charlatanes inventados por el "gurú" L. Ron Hubbard), la ultraderecha mexicana argumenta que está siendo acosada y perseguida por "la gran conspiración judía masónica comunista", lo cual es rotundamente falso, ya que si esto fuera cierto ambas organizaciones habrían desaparecido desde hace mucho tiempo de la faz del planeta.

Tanto una como la otra se proclaman poseedoras de "la verdad absoluta". En esto no son diferentes, lo único que cambia es la naturaleza de "su" verdad, una "verdad" que debe ser aceptada por todos los demás, y quienes no la acepten deben ser considerados como enemigos a ser combatidos hasta la muerte por estos intolerantes que no permiten que otros puedan pensar de modo diferente a ellos. Porque el que no está con ellos, está contra ellos, así lo consideran en su propaganda.

En ambos casos, estas organizaciones no le permiten a los nuevos reclutas salirse tan fácilmente, no sin antes haberlos explotado de alguna manera, no sin antes haberles estado sacando algo de "jugo". Y cuando alguien llega a la conclusión de que fue timado, estafado, usado y abusado por una organización criminal que de "salvadora" no tiene absolutamente nada, el abandono de la organización así como de sus ideales o creencias generalmente trae secuelas emocionales sobre aquél que ha terminado desilusionado con sus "salvadores". En casos extremos, esto puede conducir al suicidio.

Mientras que en la Cienciología se le van "revelando" misterios a sus alucinados iniciados progresándolos desde un estado espiritual "totalmente degradado" al cual le llaman el "pre-aclarado", convirtiéndolos en "aclarados" (Clear), graduándolos posteriormente a estados "superiores" que llaman OT (Operating Thetan), en la extrema derecha mexicana con literatura chatarra como los libros de Salvador Borrego se le van "revelando" misterios a sus alucinados seguidores acerca de lo que llaman "la gran conspiración judía masónica comunista". Y en ambos casos, estas revelaciones están basadas en una pirámide de burdas mentiras perfectamente documentadas.

Y reafirmando el viejo adagio "detrás de la cruz se esconde el Diablo", mientras que en las sociedades clandestinas de la extrema derecha en México se recurre mucho al uso de crucifijos e imágenes religiosas con las cuales se intenta disfrazar los verdaderos propósitos de dichas sociedades que nada tienen que ver con el mensaje de Aquél que murió en la cruz hace dos mil años, también en la Cienciología hacen ostentación engañosa de una cruz que para los practicantes del culto no tiene absolutamente nada que ver con Jesucristo y el cristianismo (la cruz de la Cienciología se obtiene tachando el corazón de la cruz cristiana con una "equis", lo cual es indicativo y simbólico del verdadero mensaje, la verdadera intención de dicha falsa cruz). Esta es una manifestación del cinismo hipócrita que los hace recurrir al simbolismo religioso más sagrado para cosas que de sagradas no tienen absolutamente nada.

Al igual que los "secretos" de las sociedades clandestinas de la extrema derecha mexicana como los Tecos y el Yunque, los cuales están siendo expuestos cada vez con mayor frecuencia ante un auditorio mundial creciente a través de varios medios, también los "secretos" de la Cienciología ya no lo son tanto y están saliendo a la luz para su inspección objetiva y desapasionada. Y al recorrerse el velo de misterio que cubre a estas organizaciones, lo único que se encuentra detrás de la cortina es algo grotesco que nunca habría tenido razón alguna de ser si este hubiese sido un mundo gobernado por la lógica.

Al igual que en el caso de la extrema derecha, la mejor forma de exhibir la charlatanería en la cual se basa la Cienciología es entrando a fondo dentro de su propaganda, sin dejarse "contaminar" por ella. Esto es lo que haremos a continuación.

Empecemos con el primer libro que preparó el camino al culto de la Cienciología. Como algunos estudiosos de este fenómeno lo saben, la Cienciología fue precedida por otra invención de Hubbard, la Dianética, y el gran libro usado como "gancho" para embaucar a cientos de miles de incautos se tituló Dianetics: The Modern Science of Mental Health ("Dianética: La Ciencia Moderna de la Salud Mental"), usualmente abreviado DMSMH, publicado por vez primera el 9 de mayo de 1950:





Pero antes de que este libro fuese publicado, dos años atrás Hubbard ya había sacado otro libro para ir "preparando" el camino hacia el inicio de lo que terminaría siendo la perdición de muchos. Se trata del libro Dianetics: The Original Thesis, publicado en 1948. En la edición de 1980 de este libro, encontramos la repetición de un breve "curriculum" de Hubbard en el cual se trata de introducirlo como un ser realmente extraordinario, investido de habilidades que están más allá del alcance de cualquier otro mortal que hubiese vivido antes que él. En esta "biografía", se dice lo siguiente:

Él estudió Ciencia y Matemáticas en el Departamento de Ingeniería de la George Washington University, y después atendió la Universidad de Princeton. Él escribió y publicó más de 15 millones de palabras de artículos y novelas de todo género antes de la Segunda Guerra Mundial. Lisiado y ciego al final de la guerra, él retomó sus estudios de filosofía y por sus descubrimientos se recuperó tan completamente que fue reclasificado en 1949 para operaciones de combate. Es un hecho de registro médico que en dos ocasiones él ha sido declarado muerto y en 1950 se le dió una calificación perfecta en reportes de salud mental y física.

De acuerdo con el resto de la biografía, L. Ron Hubbard supuestamente estuvo haciendo viajes extensos por varios años a través del continente asiático estudiando filosofía oriental, en sus estudios de la mente humana. Y en otro libro posterior también de Hubbard, The Dynamics of Life, aparece lo siguiente que tomamos directamente de la edición de 1983:

Después de la guerra y profundamente afectado por su servicio militar, Hubbard continuó con sus investigaciones. Empezó a sintentizar lo que había aprendido de filosofía Oriental, física nuclear y metodología científica y trabajando con hombres en la guerra. Hubbard logró avances revolucionarios y desarrolló técnicas que le permitieron su propia recuperación de sus experiencias de guerra.

Sobre ésto último, en el libro de Hubbard "All About Radiation" se vá más lejos, introduciéndolo como un físico nuclear, un ingeniero, ¡y un médico!. Todo lo anterior es lo que se dice de L. Ron Hubbard dentro de muchos de los libros que de él se han publicado.

Veamos ahora lo que nos dice sobre todas estas zarandejas Gerry Armstrong:




, uno de los más altos funcionarios que haya tenido la secta fundada por Hubbard, quien después de ser expulsado de la secta en la cual estuvo atrapado por más de 12 años, desde 1969 hasta que fue echado de ella en 1981 a raíz de lo que descubrió acerca de Hubbard, escribió lo siguiente en 1982:

Mi investigación a lo largo de 1980 y 1981, sin embargo, reveló un retrato muy diferente, y para mí inquietante, de Hubbard, su pasado, credenciales, y logros.

[Contrariamente a sus aseveraciones] él no graduó en matemáticas, ni fue educado en matemáticas avanzadas.

Él no fue educado en física avanzada (en sus inicios, los primeros textos de Dianética presentaban a Hubbard como graduado universitario, como un “físico nuclear”).

Él no obtuvo un grado de Licenciatura en las ciencias.

Él no era un ingeniero civil.

Él no era un físico nuclear.

Él no fue miembro del primer curso de física nuclear dado en los Estados Unidos.

Él no destacó en sus materias en la universidad.

Asistió a la George Washington University dos años, 1931 y 1932. Fue puesto bajo período de observación después del primer año, y en el segundo año sus calificaciones bajaron. Reprobó sus cursos de matemáticas y obtuvo calificaciones reprobatorias cuando repitió dichos cursos el segundo año. Reprobó el único curso que tomó en física atómica y molecular. Tras esto, ya no regresó a la George Washington University.

Hubbard no prosiguió con estudios de post-grado en Princeton.

Durante la guerra, asistió a un curso con menos de cuatro meses de duración en gobierno militar impartido por la Marina norteamericana en el campus de Princeton.

Había visto los diarios que Hubbard mantenía del tiempo que estuvo en Asia, y la correspondencia entre él y sus padres y asociados en ese período, y pude determinar con bastante precisión la verdad acerca de sus aseveraciones sobre este período.

Él no estuvo en China a la edad de catorce años, y no invirtió varios años viajando por Asia.

Él no estudió con los sacerdotes Lamas.

Él jamás estuvo en la India.

Asistió a la escuela en los Estados Unidos desde los 14 años hasta los 18 años.

Amasé aproximadamente dos mil páginas de documentación concernientes a la carrera de Hubbard durante la guerra: lo que hacía, en que buques estuvo asignado, evaluaciones de capacidad física y registros médicos y de incapacidad de la Administración de Veteranos (de guerra). La verdad es muy diferente de las presentaciones públicas.

Él no fue lisiado ni hecho ciego durante la guerra. [Tampoco fue, "como hecho de registro médico, pronunciado muerto en dos ocasiones."]

Él no se curó a sí mismo con sus descubrimientos.

Él fue removido del buque U.S.S. Algol por "incompetente" antes de que entrara en acción.

No comandó buques de escolta de 1941 a 1946.

Él no recibió 21 medallas y palmas.

Y así, la lista sigue, y sigue, y sigue. Y mucho de esto no sólo está perfectamente documentado, sino que inclusive la gran mayoría de los documentos que comprueban lo que fue descubriendo Gerry Armstrong están disponibles en Internet. A manera de ejemplo, a continuación tenemos un reporte oficial de la Marina del mes de febrero de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, en el cual se confirma habérsele ordenado a Hubbard regresar tras habérsele encontrado incompetente (unsatisfactory) para cualquier posición:



Y a continuación, tenemos una copia de un registro oficial de las calificaciones que Hubbard obtuvo en la escuela en materias como cálculo diferencial, cálculo integral, electricidad y magnetismo, y geometría analítica plana (en el sistema de calificaciones norteamericano, A equivale a la más alta calificación de "10", B equivale a un "9" ó un "8", C equivale a un "7", D equivale a un "6" considerado como inaceptable para graduar de un curso, "E" equivale a un "5", y "F" equivale a REPROBADO POR COMPLETO):





(Se recomienda al lector ampliar la foto.)

¿Parecen estas las calificaciones de alguien que presumió en vida ser la persona con el estado espiritual e intelectual más avanzado del planeta?

Es un hecho incuestionable que el pelirrojo LaFayette Ronald Hubbard jamás graduó de institución educativa alguna obteniendo un grado universitario. Si tal cosa hubiese sido cierta, él habría sido el primero en imprimir su diploma universitario en todos sus escritos de Dianética y Cienciología con el fin de darles mayor credibilidad. Lo que sí es cierto es que antes de inventar a la Dianética y a la Cienciología escribió millones de palabras, principalmente en novelas; novelas de ciencia-ficción, en donde dió rienda suelta a sus numerosas fantasías. Entre su prolija producción novelesca podemos citar la novela "Battlefield Earth" de la cual se hizo una película -financiada por la Iglesia de Cienciología- con el famoso e irredento adicto al culto cienciólogo, John Travolta, la cual por cierto ha sido clasificada como una de las peores películas de todos los tiempos. Además de esta mala novela, tenía en su haber "Final Blackout", "Buckskin Brigades", "The Emperor of the Universe", y lo que tal vez sea la novela de ciencia-ficción más larga de todas, "Mission Earth", la cual requirió la impresión de diez libros, cada uno con un título diferente (The Invaders Plan, Black Genesis, The Enemy Within, An Alien Affair, Fortune of Fear, Death Quest, Voyage of Vengeance, Disaster, Villany Victorious, The Doomed Planet) requiriendo individualmente unas 400 páginas en promedio, consumiendo al lector con las aventuras del héroe Jettero Heller, Soltan Gris, la Condesa Krak y el Emperador de la Confederación Voltariana. Pero como ya se dijo, estas eran puras fantasías que no le estaban dejando a Hubbard el poder y las grandes cantidades de dinero a los cuales aspiraba, motivo por el cual no tardaría en darse a conocer como el inventor de una nueva"ciencia", una "ciencia moderna de la salud mental".

En lo que respecta a la aserción Hubbartiana de que "es un hecho de registro médico que en dos ocasiones él ha sido declarado muerto". No existe registro médico alguno en ninguna parte del mundo indicando que L. Ron Hubbard haya sido pronunciado clínicamente muerto, y mucho menos que haya regresado por cuenta propia a la vida después de haber permanecido en tal estado. Esto fue parte de la propaganda desde un principio. Si el Maestro Jesús resucitó de entre los muertos, ¿por qué razón Hubbard, el cual siempre se creyó -o quiso hacerle creer a sus seguidores- que era superior al mismo Jesús, no habría de resucitar no una sino dos ocasiones distintas? Tampoco es cierto, como lo comprobó un incrédulo Gerry Armstrong, que Hubbard haya quedado "lisiado y ciego" al finalizar la Segunda Guerra Mundial, de lo cual no existe registro alguno en ninguna parte excepto dentro de la secta de Hubbard, y mucho menos es cierto que por cuenta propia y por sus descubrimientos se haya recuperado tan completamente que haya sido reclasificado en 1949 físicamente hábil para operaciones de combate. Nada de esto es cierto, y Hubbard jamás presentó evidencia documental alguna de ello, aunque esto no importa cuando el santón fundador de la secta estaba escribiendo la mayor novela de todas, una novela en la cual él mismo era el héroe indiscutido.

En lo que respecta a sus propias aserciones de que, después de la guerra, continuó adelante con sus "investigaciones" (¿?) y empezó a "sintentizar lo que había aprendido de filosofía Oriental, física nuclear y metodología científica", lo que destaca en este espectacular revuelto es el hecho de que Hubbard afirmó que tenía conocimientos de física nuclear. Esto lo dijo a partir de una época en la que, por el enorme poder recién descubierto de la bomba atómica y los sofisticados principios teóricos requeridos para producirla, los pocos físicos nucleares que había en aquél entonces eran vistos como el pináculo del intelecto humano. Así, ¿cómo alguien que tuviese conocimientos de física nuclear no podía ser capaz de desarrollar "técnicas" tan sofisticadas como las que proclamaba la Dianética? Pero el caso es que, como ya se dijo, Hubbard no graduó de nada en ninguna universidad, y mucho menos estudió física nuclear.

Pese a todas sus "maravillosas" facultades intelectuales sobre-humanas (según él y sus alucinados seguidores), Hubbard no pudo evitar morir el 24 de enero de 1986, ello después de dos derrames cerebrales masivos que lo habían dejado progresivamente incapacitado de modo tal que jamás pudo recuperarse con las mismas "técnicas" dizque descubiertas por él y que según él mismo le permitieron recuperar la vista, dizque le permitieron dejar de ser un lisiado, y dizque le permitieron volver al mundo de los vivos en dos ocasiones después de haber sido pronunciado "clínicamente" muerto. Nada de esto le sirvió cuando, a fin de cuentas, fue llamado -o enviado- a rendir cuentas por sus actos ante una autoridad suprema. Y aquí decimos "enviado" porque un importante miembro de la secta, Robert Vaughn Young, el cual se trasladó de inmediato a un rancho en Creston situado en San Luis Obispo, California, en donde Hubbard fue encontrado muerto a eso de las ocho de la noche en su casa-trailer, tras estar atando cabos ha llegado a la conclusión de que muy probablemente Hubbard fué asesinado por miembros de la secta aún más codiciosos que Hubbard y que lo veían como un estorbo, muy posiblemente mediante una inyección letal en la nalga de Vistaril, una droga usada por los psiquiatras, en combinación con alguna otra substancia. Un artículo publicado en mayo de 1991 por la revista TIME, cinco años después de la muerte del ambicioso fundador:





titulado "Cienciología: Culto de Codicia", ciertamente confirma que, en ausencia del charlatán que la engendró, los herederos de su imperio -ninguno de ellos emparentado con él- continuaban explotando a la secta como al ganso de los huevos de oro, con lo cual aquí un investigador tendría incuestionablemente el posible móvil del crimen. Sin embargo, la confirmación sobre un posible asesinato de Hubbard no es posible porque jamás se llevó a cabo una autopsia sobre el cadáver de Hubbard, el cual fue cremado rápidamente a menos de 24 horas después de su muerte, borrando cualquier rastro sobre la comisión de un probable asesinato. La tesis sobre un posible asesinato es amplificada por el hecho de que todas las fotos que fueron tomadas del cadáver fueron posteriormente destruídas de manera deliberada, no existe ya ni una sola de dichas fotos, sumado todo ello al hecho incómodo de que Hubbard "cambió" su testamento un día antes de su muerte. Pese a todo, para un buen detective, este se antojaría como un caso criminalístico sencillísimo de resolver, porque los directamente beneficiados (económicamente) con la muerte de Hubbard desde aquél día hasta la fecha se pueden contar con los dedos de una mano, y sobran muchos dedos. Pero haya sido asesinado o no, de cualquier modo la cremación del cadáver era algo indispensable para la supervivencia de la secta, después de que Hubbard había definido a un "thetan" como "un ser espiritual que puede operar, esto es, percibir, actuar y comunicarse, sin la necesidad de un cuerpo", lo cual se vuelve difícil de sostener cuando por un lado se tiene a la mano una tumba con un cuerpo en estado de putrefacción y por el otro un "espíritu" que no ha regresado en todos estos años para "comunicarse" ni siquiera a través de alguna sesión espiritista y confirmar que lo que definió él mismo en vida del thetan era efectivamente cierto y no una de sus muchas mentiras y fantasías de ciencia-ficción.

Veamos ahora algo sobre la "substancia" del culto.

En el libro Dianética: La Ciencia Moderna de la Salud Mental, Hubbard proclamó haber "descubierto" en la mente de todos algo que llamó la "mente reactiva", una mente basada no en lógica consciente sino en impulsos irracionales actuando por debajo del nivel de la consciencia del hombre. Para quienes han estudiado psicoanálisis, esto no es más que una copia de un concepto similar que precedió por muchos años a la dianética: el concepto del sub-consciente propuesto por el médico judío-vienés Sigmund Freud (al cual por cierto Hubbard ni siquiera menciona en su libro). Pero a este concepto Hubbard le agregó otra cosa: el concepto del "engrama". Según Hubbard, el "engrama" es algo que queda grabado en la "mente reactiva" en períodos de inconsciencia producida por algún trauma doloroso, y las palabras que se pronuncian en esos períodos quedan grabadas en unos "circuitos" cerebrales primitivos, las cuales se convierten en "órdenes" que son obedecidas por el afectado tiempo después sin darse cuenta de ello, órdenes sub-conscientes en donde todo se maneja en identidades en las cuales todo es igual a todo (Hubbard lo representa como A=A). Esto parece novedoso. Pero no lo es. Este concepto del "engrama" es algo que está "fusilado" directamente del libro Science and Sanity escrito 27 años atrás por el Conde ruso naturalizado norteamericano Alfred Hadbank Skarbek Korzybski, mejor conocido como el Conde Alfred Korzybski, fundador del Institute of General Semantics, al cual por cierto Hubbard tampoco menciona ni dá crédito alguno en su libro, y el cual a diferencia de Hubbard, sí era un ingeniero y matemático, respetado por muchos por sus opiniones y contribuciones en los campos de la psiquiatría y la psicología. (Obsérvese aquí una curiosa coincidencia. El concepto "sanity" usado por el Conde Korzybski en su libro era una referencia a la sanidad mental, a la salud mental. El título de su libro, traducido al Español, es Ciencia y Sanidad. Y el subtítulo en Español del libro de Hubbard Dianetics es "La Ciencia Moderna de la Salud Mental". ¿Coincidencia, o plagio disfrazado?) Y según Hubbard, para eliminar esos engramas, todo lo que hay que hacer es someter a la persona un "trance" ligero (reverie) para llevarla hasta los períodos en los cuales se grabaron esos engramas, un proceso al cual le llama "auditación dianética", el cual para quienes han estudiado psicología no es más que una copia disfrazada del proceso concebido por Freud para inducir en una persona ese estallido emocional conocido como abreacción o catarsis en el cual la persona recuerda por completo algo que tenía sepultado en su sub-consciente que le estaba causando problemas en tiempo presente (proceso al cual Hubbard llama el proceso de liberación de un engrama, aunque conocido como terapia de abreacción desde que fue utilizado por Freud mucho antes que Hubbard, y el cual ha caído en desuso como método de terapia en virtud de los dudosos beneficios que se pueden lograr con dicha terapia, la cual puede requerir una cantidad considerable de tiempo y mucho ingenio del psicoanalista para producir aunque sea una sola "catarsis"). Según Hubbard, una persona a la cual se le han eliminado todos sus engramas es una persona que merece un nuevo nombre, el nombre de aclarado, una persona cuyas capacidades intelectuales son postuladas de antemano como algo extraordinario, considerando el hecho de que, antes de Hubbard, la condición de "aclarado" no era poseída por ningún ser humano. La proclamación del dogma de la "mente reactiva", del "engrama", de la "auditación" y del "aclarado" es lo que conforma, en esencia, eso que Hubbard bautizó como "dianética", un resumen enciclopédico de varias ideas tomadas "prestadas" de otros a quienes Hubbard jamás les dió crédito alguno. Esto sería tan solo el preludio de la invención o redefinición de una amplia terminología de palabras y siglas (wog, HCOB, rundown, ARC, escala tonal, HASI, entheta, PTS, TR, HPA, anaten, SP, PC, DMSMH, overt, OT, R6, AOLA, HGC, C/S, F/N, intensivo, implantes Helatrobus, AOUK, MSH, dinámica, SHSBC, NED , HCPL, valencia, HGC, cognición, FSM, etc.) para las cuales en su secta se publicó un grueso diccionario, el Dianetics and Scientology Technical Dictionary, cuya memorización y repetición instantánea de todas las definiciones dadas por Hubbard se convirtió en materia de estudio obligatoria, a manera de catecismo, para todos los adictos a esta pseudo-religión.

La lista de las fuentes de las cuales Hubbard copió (o mejor dicho, se robó) el trabajo de otros, haciéndolo suyo para convertirlo en las creencias de una secta para producir dinero a raudales, parece ser extensa, inagotable. A lo ya mencionado podemos agregar que Nandor Fodor, psicoanalista de Nueva York, propuso en su libro The Search for the Beloved: A clinical investigation of the trauma of birth and pre-natal conditioning la teoría de que las experiencias traumáticas de una mujer embarazada pueden ser transmitidas "telepáticamente" al hijo que lleva en su vientre. Curiosamente, una idea muy parecida fue manejada poco después por Hubbard (quien tenía una fijación obsesiva en los daños mentales que pudieran ser causados a un feto en los intentos por abortarlo, reflejando su convicción de que él mismo fué un hijo no-deseado), a lo cual llamó prenatales, experiencias traumáticas almacenadas en la "mente reactiva" del feto. Curiosamente, el libro en el cual Fodor desarrolló su inusual teoría antes que Hubbard,, fue publicado en 1949, un año antes de que se publicara Dianetics: The Modern Science of Mental Health. Y curiosamente, fue publicado por la misma casa editora en la cual se publicó el libro de Hubbard. ¿Coincidencia, o plagio disfrazado? Agregaremos también aquí que la palabra "Scientology" parece una copia directa del trabajo Scientologie publicado en 1934 por un alemán, el Doctor Anastasius Nordenholz, el cual incluye una tabla de gradación y alusiones a estados de alerta como los que Hubbard menciona en "sus" obras.

Nada dentro del libro Dianetics: The Modern Science of Mental Health se asemeja ni remotamente a lo que pudiera considerarse un documento científico justificando los descubrimientos que reclama haber hecho su autor. Incapaz de dar crédito alguno a nadie más que a sí mismo, al final de su grueso libro no aparece ninguna bibliografía. Elaborado de sus recuerdos y de su imaginación, su libro más que una tesis científica es un libro de "revelaciones" hechas por un aspirante a gurú, dirigido a quienes espera convertir en sus alucinados seguidores bajo la condición de que acepten ciegamente sin cuestionamiento alguno todas sus "revelaciones". Aquellos que las acepten se irán al "cielo" reservado única y exclusivamente para él y sus luminosos operating thetan. Y los que las rechacen por considerar a Hubbard como un impostor, esos ni siquiera se irán al infierno, se irán al quinto infierno por blasfemos, un infierno reservado para los aborrecibles "seres supresivos".

Aquí surge otra pregunta. Al igual que en el psicoanálisis, un trauma psicológico profundo (o engrama, según Hubbard) no puede ser liberado por una persona por cuenta propia porque para ello tendría que vencer los poderosos mecanismos de protección del sub-consciente (a los cuales Freud llamó "mecanismos de defensa del ego"), tiene que ser auxiliada por otra persona que Hubbard llama el "auditor". Pero si la dianética no existía antes de que Hubbard la inventara, ni declara jamás el haberse puesto en manos de otro para ayudarlo a "liberarse" a sí mismo de sus propios "engramas" (de los cuales ha de haber tenido muchos), ¿cómo demonios logró entonces elevarse a sí mismo a la condición de "aclarado" y después a los grados "avanzados" OT que dijo haber descubierto, todos los cuales requerían y siguen "requiriendo" forzosamente el ponerse en manos de otro sujeto que ha tenido que acumular primero miles de horas de "práctica" y estudio en los procesos de "auditación"? Esto es algo que, dentro de la Cienciología, no se pregunta, y si se pregunta, no se responde.

Hubbard tardaría muy poco tiempo en abandonar definitivamente su primera creación, la dianética, reemplazándola por otra cosa que, según él, era miles de veces superior: la Cienciología. El pretexto para abandonar a la dianética fue el supuesto "descubrimiento" de vidas pasadas (otro concepto robado, en este caso, a religiones mucho, pero mucho muy anteriores a Hubbard, religiones cuyos guías espirituales llevaron una vida mucho más modesta y mucho más humilde que la de Hubbard), argumentándose que los procesos de auditación dianética estaban llevando al "descubrimiento" de engramas arrastrados desde vidas previas. Y para "comprobarle" al mundo sus "descubrimientos", Hubbard escribió el libro Have you lived before this life? ("¿Ha vivido antes de esta vida?"), en donde "documentó" 41 casos de gente desconocida (o inventada por Hubbard) a la que identificó con puras iniciales. Entre estos 41 casos, podemos citar por ejemplo el "caso 38". Según se describe el caso, el "paciente" habla de un incidente ocurrido 17,543 años atrás en un puesto de "Comando Espacial" en la Tierra, cuando convenció a sus superiores para que lo dejaran trasladarse en su nave espacial al planeta Marte en donde fue capturado por "autómatas marcianos" (se vuelve necesario señalar que, hace 17,543 años, la Tierra atravesaba por lo más duro de su última edad del hielo, y el hombre prehistórico apenas se preparaba para migrar del continente asiático al continente americano a través del Estrecho de Bering). Y el "caso 37" es igualmente interesante, porque el "paciente" describe un incidente ocurrido ya no en el planeta Tierra sino en otro planeta, el planeta Setus (una palabra no de origen extraterrestre sino sospechosamente greco-romana), hace 3,750 años. Si todo esto suena como la ciencia-ficción que Hubbard había estado escribiendo por toneladas anteriormente, tal vez es porque muy posiblemente lo sea. Excepto que aquí Hubbard presentaba todo esto como algo verídico, tangible, tan real como el aire que respiramos.

Junto con el supuesto "descubrimiento" de vidas pasadas, naves interplanetarias y confederaciones galácticas, el santón fundador concibió "procesos" de "auditación" tan avanzados que -según él- convertían al "aclarado" en una aspiración casi ridícula en comparación a lo que ahora ofrecía el culto fundado por él: el estado del operating thetan (OT), un estado en el que supuestamente una persona es colocada por encima de los confinamientos terrenales de lo que Hubbard llama el "universo MEST" (materia - energía -espacio - tiempo), casi el equivalente de Supermán o inclusive superior a él, convirtiéndose en un ser con un cociente intelectual IQ tan elevado que ni siquiera puede ser medido, con una percepción extrasensorial fuera de lo común, con capacidades asombrosas de telequinesis nunca antes vistas, capaz de realizar milagros y prodigios superiores a los que el Nuevo Testamento atribuye al Maestro Jesús, capaz de mover montañas o abrir las aguas de los mares como lo hizo Moisés con solo desearlo, un ser al cual llamó Homo Novis (además de Homo Scientologicus). Desafortunadamente, Hubbard jamás pudo presentar ante la comunidad científica mundial ni ante institución académica alguna un solo "thetan" que pudiese realmente probarle a un mundo incrédulo la realización de las muchas promesas -jamás cumplidas- de la Cienciología, como tampoco pudo producir jamás ni siquiera un solo premio Nóbel, algo que debería de haber sido fácil de lograr para un thetan. En lo que toca a capacidades paranormales supuestamente logradas por los seguidores de Hubbard, el prestigiado investigador en fenómenos parapsicológicos de la Universidad de Duke, Doctor Joseph Banks Rhine, jamás pudo encontrar en ninguno de los afiliados a la secta desde los crudos "pre-aclarados" hasta los iluminadísimos OT VIII un solo caso en donde se pudiese documentar capacidad parapsicológica alguna, como tampoco recibió jamás de Hubbard un solo estudiante cienciológico "avanzado" en el que se pudiese documentar evidencia alguna de percepción extrasensorial. Y es que, en toda secta, llega eventualmente el momento en que muchos de sus postulados y aseveraciones no se deben discutir ni poner en tela de duda, se deben aceptar ciegamente. Y quienes no están dispuestos a abrazarlos, deben ser considerados como enemigos mortales de la secta, enemigos que deben ser destruídos por todos los medios posibles. Esto lo proclamó Hubbard dentro de su secta en su política de Fair Game, el justificante usado en la actualidad por los herederos de su imperio para incurrir en actos criminales en contra de otras personas, actos como los que ahora los tienen metidos en problemas en Bélgica. A continuación lo tenemos tal y como Hubbard lo pronunció en su comunicado Hubbard Policy Letter del 18 de octubre de 1967, en donde dice que los enemigos de la Cienciología:

"... pueden ser privados de propiedad o lastimados por cualquier medio por cualquier cienciológo, sin disciplinamiemto hacia el cienciólogo. Pueden ser engañados, demandados legalmente, mentírseles o destruírles."

¡Estas son palabras del escritor de ciencia-ficción que se introducía a sí mismo como el "salvador" de la humanidad entera! El objetivo final de Hubbard, objetivo que jamás ocultó y que, por el contrario, siempre lo enarboló en toda su propaganda como la misión fundamental de la organización creada por él, era el "aclaramiento" de todo el planeta, o sea, ponerlo bajo el control directo de su "Iglesia de Cienciología", o sea, bajo su control. Lo cual no difiere en nada de lo que quería hacer Hitler. Hitler usó como instrumento al Nazismo, y Hubbard usó como instrumento a la Cienciología, pero el objetivo final en ambos casos termina siendo el mismo. Y los titiriteros que jalan las cuerdas detrás de la sociedad Tecos y la Organización Nacional del Yunque no quedan atrás. Todos ellos son lo mismo a fin de cuentas. También, al igual que Hitler, quien quería subdividir al mundo en "arios" (seres superiores) y todos los demás (seres inferiores) quienes debían servir a los primeros y no debían por ningún motivo mezclarse con ellos, la Cienciología aspira a subdividir al mundo en "aclarados" (seres superiores) y todos los demás (seres inferiores) cuya obligación es servir a los primeros sin emparentarse con ellos, como lo expuso Jeff Jacobsen en 1992 en "La Sociedad Dianética Ideal" tratada en su ensayo "The Hubbard is Bare". En lo que aquí nos concierne, a las personas que no están del lado de la Cienciología, por considerárseles personas que están en contra de la secta, se les tilda con el apelativo de "personas supresivas" (psicóticas), proclamándose que los divinoides procesos Hubbartianos de la secta no trabajan en ellos por ser personas destructivas con tendencias anti-sociales y criminales. El mayor temor de cualquiera de los feligreses de esta secta es ser castigado con su proclamación como "persona supresiva", lo cual acarrea la expulsión inmediata de la secta y la embestida en contra del infortunado feligrés, para lo cual esta corporación tiene su propia organización criminal (así como Hitler tenía a sus SS y los Los Tecos tienen a sus fuerzas de choque): la Office of Special Affairs (OSA). Y para tener todo siempre "bajo control", no puede faltar la omnipresencia de los temidísimos y siempre vigilantes "Oficiales de Ética", cuya misión es demostrar que todos son culpables hasta que demuestren lo contrario, los cuales se lanzan de manera despiadada en contra de algún miembro de la secta que esté ocultándoles algo como el que algún familiar de ellos que puede ser su propio padre o su propia madre haya hecho algún comentario en contra de Hubbard o de la secta (todos los que laboran para este culto están obligados a delatar a sus propios amigos y familiares, como muestra de que son merecedores de la "liberación espiritual" ofrecida por la secta). Y así como los dueños de la Universidad Autónoma de Guadalajara tienen su larga lista negra de vidas que han destruído, también la Cienciología tiene una larga lista de gente que se atrevió a hablar en contra de la secta cienciológica y que terminó muerta bajo circunstancias extrañas, entre los cuales podemos mencionar a Lisa McPherson, Konrad Aigner, Rodney Romano, Heribert Pfaff, Wilhelm Mack y Philip C. Gale. A continuación tenemos la "máscara" con la cual la Iglesia de Cienciología identifica despectivamente a todas las "personas supresivas" que no están del lado de la Cienciología :




Veamos a continuación un extracto del fallo judicial emitido el 20 de junio de 1984 en el tribunal California Superior Court por el Juez John Breckenridge en relación a un caso famoso que involucró a la "Iglesia" de Cienciología:

Además de violar y abusar los derechos civiles de sus propios miembros, la organización a través de los años con su doctrina Fair Game ha acosado y perseguido a aquellas personas que no forman parte de su Iglesia y que percibe como sus enemigos.

La organización claramente es esquizofrénica y paranoide, y esta combinación bizarra parece ser un reflejo de su fundador L. Ron Hubbard. La evidencia retrata a un hombre que ha sido virtualmente un mentiroso patológico cuando se trata de su historia, antecedentes y logros.

Los escritos y documentos en evidencia adicionalmente reflejan su egoísmo, codicia, avaricia, ambición de poder, y espíritu de venganza y agresividad en contra de personas que él percibe como desleales u hostiles.

(En las sucursales de la "Iglesia" de Cienciología alrededor del mundo, es común encontrar periódicamente un anuncio grande de propaganda a la entrada que dice en grandes letras: Libertad de la Insania.)

Pese a que Hubbard obligaba (y sus sucesores siguen obligando) a sus seguidores abstenerse de ingerir cualquier tipo de medicamentos recetados por los médicos para el control de alteraciones mentales (entre los grados obligatorios de la secta está uno que se llama Drug Rundown o "Recorrido de Drogas", el cual supuestamente libera para siempre a una persona de todas sus dependencias como la heroína, la cocaína, la mariguana, el alcohol, la nicotina del tabaco, las aspirinas, y todas las medicinas legales que actúan sobre el sistema nervioso central), es un hecho poco conocido que hasta el final de sus días Hubbard era, en esencia, un drogadicto. Y menos aún es conocido el hecho de que, si alguien necesitaba urgentemente algún avance dramático en el área de tratamientos para enfermos mentales, era el mismo Hubbard, según lo reconoce en la siguiente carta firmada por él con fecha 15 de octubre de 1947, en donde tres años antes de anunciar al mundo su invención de la Dianética, solicitaba ayuda económica a la Veterans Administration reconociendo los serios problemas que afectaban su mente y su incapacidad económica para procurar ayuda psiquiátrica (se recomienda al lector ampliar la foto):




Esta carta fue escrita en una época de la que Hubbard afirmó tiempo después haber estado muy ocupado sintetizando sus extraordinarios conocimientos en filosofía oriental y física nuclear para "liberar a la humanidad entera" (¿?).

Tal vez porque Hubbard no pudo encontrar en la psiquiatría el remedio mágico para todos los grandes problemas mentales que lo aquejaban (además de que sus terapias dianéticas nunca fueron objeto de elogios entre la comunidad médica), su resentimiento en contra de esta profesión creció de modo tal que en poco tiempo se convirtió en feroz enemigo de la misma, a grado tal que su odio y encono lo llevaron a fijar como una de las metas de su secta la destrucción de dicha profesión, meta que sobrevive aún hasta nuestros días como podemos verlo en una de las más recientes publicaciones de su secta, el número 36 de la revista International Scientology News, de donde extraemos algo que aparece en la página 52:

La destrucción global de la psiquiatría

El básico en la cadena global planetaria de engramas es la psiquiatría. Para terminar con el problema de una vez por todas, el año pasado se lanzó nuestra campaña multimedia de múltiples fases Psiquiatría: Destrucción Mundial. La Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos Internacional (CCHR, otra organización fachada creada por la "Iglesia" de Cienciología en 1969, al pleno servicio de ésta última) en Los Angeles es la sede de la campaña del ahora famoso Museo de la Industria de la Muerte. De ahí surgieron nuestras exhibiciones itinerantes y el documental en DVD "Industria de la Muerte", que continúan alimentando la indignación del público.

Hasta la cumbre OT, había más de 200 psiquiatras tras las barras esperando juicio, sentencia o recogiendo basura en carreteras en programas de servicio a la comunidad.

Naturalmente, les importa muy poco a los administradores de la secta que, de lograrse esta meta de Hubbard, millones de personas alrededor del mundo que están recibiendo atención médica psiquiátrica quedarían al garete sin recibir ningún tipo de ayuda, máxime que la misma Cienciología no quiere tener nada que ver con esta gente (unos de sus slogans favoritos repetido hasta el cansancio dice que "la dianética no es para el inhábil, es para el hábil" o sea para todos aquellos triunfadores cuya capacidad los ha llevado a tener cuentas bancarias lo suficientemente abultadas como para pagar las costosísimas "terapias" de Hubbard). Si por ellos fuera, medicinas de enorme valor médico comprobado tales como el PROZAC y la Dilantina, logradas no mediante fantasías producto de la charlatanería sino tras miles de horas de penosa investigación científica, quedarían proscritas. No habría ya nada con qué tratar a los epilépticos o a los esquizofrénicos, ni siquiera "dianética". Cabe agregar aquí que estos tipos llevan las cosas a un extremo tal que inclusive la aspirina es considerada como una droga cuyo uso también debe ser proscrito. Esta es la "Edad de Oro del Conocimiento" en su segunda fase tal y como fue anunciada el 30 de junio del 2007 desde Clearwater, Florida, en donde la secta tiene su principal plataforma mundial terrestre de operaciones. Todo en aras de la nueva civilización terrícola en donde todo será prosperidad, abundancia, paz y felicidad. O sea, lo mismo que prometía Hitler. Aunque para ello se tenga que proscribir, perseguir, encarcelar e inclusive matar a los psiquiatras.

Otro que también pudo hablar desde una posición de alta autoridad acerca del lado obscuro de la dianética y la cienciología fue John McMaster:





Y lo pudo hacer, porque en los años cincuenta fue designado por Hubbard como el primer "aclarado" en la historia de la humanidad, el primer ser humano liberado de todos los engramas de su "vida presente". Sin embargo, al abrir sus ojos y darse cuenta de las engañifas, al darse cuenta del lado negro del fundador de la Cienciología, John McMaster tomó la decisión de abandonar definitivamente la secta a fines de 1969, tras lo cual fue declarado por Hubbard como una "persona supresiva", psicótica en grado extremo. Antes de que esto ocurriera, había muchas fotografías de John McMaster en todas las sucursales del culto, pero en cuanto fue "purgado", sus fotografías fueron removidas y destruídas en su totalidad.

Aquí se puede agregar algo más. Cuando Hubbard sacó a la luz su magnum opus "Dianetics: The Modern Science of Mental Health" en 1950, vaticinó vagamente que el primer "aclarado" (Hubbard aún no se pronunciaba como tal), cuando se diera, sería algo extraordinariamente excepcional, con una memoria perfecta capaz de recordarlo todo desde que fue concebida en el vientre de su madre, inmune a todo tipo de enfermedades psicosomáticas, incapaz de volver a padecer catarros o experimentar accidentes, con un cociente intelectual superior a 135, capaz de calcular en segundos algo que a una persona no-aclarada le llevaría media hora en procesar, con una visión perfecta, y con una amplísima expectativa de vida. Pues bien, nada de esto se cumplió con su primer "aclarado" John McMaster (el cual murió de cirrosis hepática en un hotelucho de mala muerte en Manchester), como tampoco se cumpliría con los cientos de "aclarados" que estaría graduando en los años posteriores. (Es poco conocido entre los cienciólogos el hecho de que, mucho antes de que Hubbard proclamara a John McMaster como el primer "aclarado" oficial de su secta, en el 10 de agosto de 1950, tres meses después de que se publicara su obra magna DMSHM, Hubbard había introducido ante seis mil personas a su primer "aclarado", Sonya Bianca, en un evento público en el Auditorio Shrine, el cual resultó ser un fiasco humillante por el hecho de que Sonya no pudo llevar a cabo ninguna de las maravillas que supuestamente un "aclarado" debía de poseer, siendo incapaz de recordar fórmulas básicas de física pese a ser una estudiante de física, o inclusive incapaz de decir el color de la corbata que llevaba Hubbard al estar volteado de espaldas, tras lo cual la gente empezó a levantarse de sus asientos abandonando el auditorio). Y en lo que toca a su aserción de que su Cienciología es "la única tecnología capaz de ir elevando progresivamente el cociente intelectual IQ de un ser humano", no existe un solo caso documentado en los anales de la ciencia médica de que esto haya ocurrido. Todas estas falsas promesas aparecen repetidas una y otra vez en la propaganda de la Cienciología, y como muestra tenemos a continuación algo que apareció en el número 346 de la revista cienciológica Validity publicada en el 2001, el anuncio mostrado a continuación:





(Hay individuos que poseen un cociente intelectual IQ superior a los 190 puntos. Pero estas son personas que son más bien producto de las maravillas estadísticas de la Naturaleza que el resultado de un "procesamiento" dianético ó cienciológico, y conforman tan sólo el 0.0000001 por ciento de la población, a grado tal que la Sociedad Giga que las agrupa cuenta con únicamente seis miembros, ninguno de ellos cienciólogo y mucho menos "aclarado" por "auditorías" dianéticas. Y ciertamente, L. Ron Hubbard jamás perteneció a esta agrupación o a ninguna otra para personas con un alto cociente intelectual.)

Peor aún, en un famoso experimento científico controlado llevado a cabo en 1959 en donde a un voluntario puesto con anestesia en un estado de inconsciencia total, sometido en dicho estado a lo que vendría produciendo un dolor intolerable en una persona despierta, y suministrándole varias palabras y frases bajos tales condiciones -las condiciones necesarias para producir un "engrama" según Hubbard-, uno de los "auditores" dianéticos certificados por el mismo Hubbard fracasó por completo en "recuperar" la información contenida por el "engrama" supuestamente producido después de seis meses de estarlo intentando, exhibiendo tanto la inutilidad de las "terapias" de Hubbard como la inexistencia de los supuestos "engramas" en la supuesta "mente reactiva". Si al inventar el concepto de la "mente reactiva", Hubbard estaba pensando en que algo como el sistema límbico basado principalmente en la amígdala cerebral (el cerebro reptiliano o paleoencéfalo) es capaz de almacenar información textual, para su mala suerte el experimento demostró todo lo contrario. Y experimentos posteriores no han hecho sino confirmar a la "mente reactiva" de Hubbard como otra más de sus innumerables ficciones.

Entre la farfalá usada por el culto Hubbartiano para impresionar a los creyentes se encuentra el uso de un galvanómetro que mide la resistencia eléctrica de la piel cuando los dos electrodos son sostenidos entre ambas manos, el cual es utilizado a manera de crudísimo detector de mentiras, bautizado inicialmente como el E-Meter. Este aparato, que puede ser construído con unos cuantos componentes cuyo costo combinado no supera los 50 dólares y que sin embargo es vendido a cientos (o inclusive miles, dependiendo del modelo) de dólares por la Iglesia de Cienciología, fue concebido por Volney Mathison, quien encontró, tras varios experimentos, antes que Hubbard, que cuando a un sujeto se le conducía a recordar eventos en su pasado, la aguja del galvanómetro manifestaba fluctuaciones, encontrándose que el grado de fluctuación estaba en proporción directa a la reacción del sujeto bajo estudio, y también fue el primero que propuso, antes que Hubbard, que el galvanómetro podía ser utilizado para evaluar reacciones inconscientes y subconscientes del individuo, (lo cual esto último hoy en día es clasificado en buena parte como pseudo-ciencia). Cuando Mathison se rehusó a venderle los derechos de la patente de su aparato a Hubbard, varios cienciólogos que trabajaban para Hubbard hicieron algunas modificaciones al aparato para que Hubbard lo pudiera presentar como invención "suya", bautizado naturalmente como Hubbard Meter. Desacreditada la hipótesis de que la medición de la resistencia de la piel pueda ser un barómetro confiable para descubrir experiencias pasadas desagradables sepultadas en el subconsciente, el verdadero uso del aparato dentro de la Cienciología queda limitado a su función como detector de mentiras o polígrafo con el cual se busca descubrir en todo momento si el cliente no le está ocultando algo a los encargados de la secta, en cuyo caso no hay nada nuevo que haya sido contribuído ni por Mathison ni por Hubbard, ya que el uso del polígrafo como detector de mentiras tiene un historial que se remonta hasta el año 1913, usando no sólo la resisitividad eléctrica de la piel sino otros parámetros como la palpitación del corazón, la respiración, y la presión sanguínea, para tratar de determinar si una persona está mintiendo deliberadamente cuando está sujeta a un interrogatorio, sobre la base de que una persona que miente conscientemente tiende a ponerse nerviosa, con lo cual afecta los parámetros biológicos que están siendo medidos.

Uno de los niveles de "procesamiento" que merece especial mención es el de OT III (OT 3), la Muralla de Fuego. En diciembre de 1967, Hubbard reclamó para sí el "mérito" de haber sido el primero en lograr, sorteando graves peligros y riesgos que casi le cuestan la vida (¿?), lo que afirmó era el avance espiritual más importante en la historia de la humanidad, el descubrimiento de un incidente cataclísmico ocurrido hace 75 millones de años. La historia confidencial es la siguiente (por cuya "revelación" hay que pagar varias decenas de miles de dólares en "terapia" individualizada):

El dictador Xenu, cabeza de la Confederación Galáctica (76 planetas girando en torno a estrellas mayores visibles a simple vista), una confederación fundada hace 95 millones de años, resolvió el problema de la sobrepoblación (250 mil millones de habitantes en cada planeta) deshaciéndose de esta gente excedente usando al planeta Tierra como basurero. Hizo que muchos (todos nosotros) fueran enviados al planeta Teegeeack (el planeta Tierra) en naves espaciales parecidas a los hoy obsoletos aviones DC9, una movilización de cientos de billones de seres a través de la galaxia, enfriando previamente a todos con una solución de alcohol-glicol (el anticongelante usado en los automóviles) inyectada en los pulmones. Tras esto, hizo estallar a todos con bombas atómicas de hidrógeno colocadas en la cima de cada uno de los principales volcanes. Al ir ascendiendo hacia las alturas, los thetans eran capturados por listones electrónicos y campos de fuerza, jalados nuevamente hacia la Tierra para ser "empacados" en racimos de miles de seres pegados en uno solo (según Hubbard, cada uno de nosotros arrastra consigo por todos lados los miles de "espíritus" a los que está pegado, los cuales se tienen que ir "liberando" mediante los maravillosos métodos de su secta para lograr la "sanación"). Las "fábricas" de empacamiento de thetans estaban situadas en la provincia de Las Palmas en las islas Canarias y en Hawaii (lugares que, según la Geología, no existían hace 75 millones de años). Varios oficiales de Xenu se rebelaron en contra suya, capturándolo después de una "guerra de las galaxias" que duró seis años, confinándolo dentro de una jaula con una batería perpetua en una montaña en el planeta Tierra en donde aún sigue preso (según la física, las baterías con una fuente perpetua inagotable de energía no son posibles). En la batalla entre Xenu:





y sus renegados, la mayoría de los planetas de la Confederación fueron usados como bolas de billar. La Tierra quedó convertida en un brasero radioactivo y terminó siendo conocida como "El Sitio Maldito", razón por la cual solo es visitada esporádicamente por extraterrestres y solo es utilizada para deshacerse de renegados y criminales interplanetarios. La devastación nuclear ocurrida en esta guerra es lo que Hubbard llama "la muralla de fuego". La Confederación jamás se pudo recuperar de esta guerra galáctica, convirtiéndose en un paraje árido. Los implantes puestos en la mente de los degradados thetans (todos nosotros) incluyen mecanismos para matar a cualquier que trate de descubrir el incidente.

Se agrega aquí que hace 75 millones de años la Tierra estaba habitada por los dinosaurios, de los cuales hay muchos fósiles, pero no hay rastro alguno de esos cientos de billones de seres humanos que fueron enviados para ser estallados con bombas atómicas en los conos de los volcanes. Si todo lo relacionado con "el incidente cataclísmico" ocurrido "hace 75 millones de años" suena como la ciencia-ficción que Hubbard había estado escribiendo por toneladas anteriormente, tal vez es porque muy posiblemente lo sea; una fantasía de ciencia-ficción de la peor calidad literaria. Excepto que aquí Hubbard presentaba todo esto como algo verídico, tangible, tan real como el aire que respiramos. Y por si acaso todavía hay alguien allí entre el público lector de estos blogs (sobre todo alguno de los aferrados a la secta) que dude que lo que se acaba se señalar pueda ser cierto, que dude que el fundador de la Cienciología haya sido capaz de incurrir en el supuesto descubrimiento de esta "la verdadera historia" acerca de Xenu, Spectator presenta nuevamente lo anterior pero esta vez salido del puño y letra del mismo L. Ron Hubbard:




(Nota Bene: Aunque la reproducción de la primera página de este documento, el cual consta de un total de 20 páginas, está protegida en los Estados Unidos bajo el número de registro TXu-290-496, estando el derecho de copiado del mismo actualmente bajo la propiedad de la Church of Spiritual Technology que a su vez lo ha cedido bajo licencia al Religious Technology Center, siendo ambas organizaciones cascarones fachada de la Iglesia de Cienciología, el United States Copyright Code contiene provisiones para poder citar la primera página en base al justo uso -"fair use"- para fines de comentarios y críticas, y ciertamente esta bitácora que está operando sin fines comerciales cae dentro de dicha categoría. Dicho sea de paso, el que la Iglesia de Cienciología insista en tratar de limitar por todos los medios legales posibles a su alcance la difusión de este material es la prueba más clara de que el documento que aquí se presenta es efectivamente genuino y no una fabricación urdida por alguno de los muchos enemigos y adversarios que la Iglesia de Cienciología se ha granjeado alrededor del mundo, esos "seres supresivos" a los cuales según Hubbard hay que aplicarles algún remedio como el que idearon los Nazis en los campos de concentración de Auschwitz-Birkenau.)

La "Iglesia" de Cienciología advierte que la "revelación" de los datos concernientes a la "muralla de fuego", sin la presencia de un costosísimo "auditor" de Cienciología que pueda salvar la situación, supuestamente puede detonar reacciones mentales psicóticas tan severas que le pueden costar la vida al que trate de enterarse por cuenta propia acerca del incidente, "fuera de terapia" (counselling). ¿Experimentó el lector alguna condición violenta, alguna reacción emocional intensa y dañina, cuando se enteró acerca del dictador Xenu y sus andanzas?

Podemos escuchar al mismo Hubbard, en su propia voz, pronunciando muchas de sus proverbiales sandeces y fantasías, recurriendo a la magia de Internet visitando portales como The Interactive Bible.

L. Ron Hubbard no solo era un megalómano sediento de poder. Impulsado por sus patológicos delirios de grandeza, era también lo que hoy en día podría considerarse como un apóstata en toda la extensión de la palabra, a grado tal que Hubbard se creía a sí mismo la reencarnación del Buddha, como lo proclama su poema El Himno de Asia:



escrito para una convención Budista durante las celebraciones mundiales llevadas a cabo de 1955 a 1956 para conmemorar el año 2,500 de la era Budista. Las 1,046 líneas del poema tratan acerca del cumplimiento de la principal profecía del iluminado Buddha, su regreso. Profecía supuestamente cumplida con el nacimiento en Estados Unidos de L. Ron Hubbard. En dicho poema encontramos las siguientes líneas que no pueden ser más claras:

En dondequiera que estés
Uno se puede dirigir a mí
Pero en tus templos mejor
Dirígete a mí y te diriges al
Maestro Buddha
Y entonces te diriges a
Meitreya.

Y en lo que a Jesucristo y al Cristianismo respecta, bástenos con leer las siguientes palabras pronunciadas por Hubbard:

El hombre en la cruz. ¡No hubo un Cristo!

(L. Ron Hubbard, Rutina R6EW, Curso de Auditor Clase VIII, "Krakatoa and Beyond", 3 de octubre de 1968, impartido en el buque transatántico Apollo.)

Hasta ahora no hemos hablado de lo principal. Del negocio. Todo culto o secta fundada por una persona amoral tiene como finalidad principal poder o dinero, por lo general ambas cosas ya que casi siempre van de la mano. En el caso de la Cienciología, su fuente de ingresos radica en los "procesos" de auditación cienciológica, los cuales tienen un costo mínimo de unos mil dólares por hora en promedio, agravado por el hecho de que, a diferencia de las visitas al psicoanalista o al psiquiatra (a quienes la Cienciología no sólo considera como competidores sino inclusive detesta al grado de considerarlos criminales) en las cuales una persona puede atenderse por la cantidad de horas de terapia semanal que pueda pagar según su presupuesto, los "tratamientos" de Cienciología se venden requiriendo la compra de una cantidad mínima de horas de "terapia", generalmente paquetes de doce horas y media a los cuales les llaman intensivos. Así que, por cada "intensivo", los creyentes tienen que estar preparados para erogar unos 12 mil dólares. Pero esto no es todo. Por órdenes del fundador, como "cada caso es diferente", hay que estar tratando al "paciente" por toda la cantidad de tiempo que se requiera para completar "bien" un proceso. Esto quiere decir que si el creyente no ha "sanado" de la manera en que lo requiere un proceso en las, digamos, 24 horas estimadas para completar tal proceso, tiene que estar preparado para continuarlo por todo el tiempo que sea necesario, sean 50 horas, cien horas o mil horas, llévese el tiempo que se lleve ("it takes as long as it takes"), sin garantía alguna de que habrá un límite máximo para completarlo. Todo ello a un costo de mil dólares por hora, pagadas en su totalidad por el creyente. Esto indica una cosa: la Cienciología no es para la gente pobre, ni siquiera para los de la clase media baja; y estamos hablando aquí de la opulenta sociedad norteamericana. Si el creyente no es un multimillonario, tiene una opción para obtener sus "tratamientos": enrolarse como esclavo de la secta, trabajando para ellos noche y día percibiendo un sueldo irrisorio que haría carcajearse de la risa a un limosnero, todo con la esperanza de que irá recibiendo (a cuentagotas) algunas horas de los "procesos" que supuestamente "liberarán" su alma. La creencia generalizada de los investigadores de la secta es que cuando algún millonario ha invertido mucho tiempo y dinero en someterse a los "procesos", entonces antes que admitir que lo tomaron como un estúpido prefiere entrar en el juego de fingirse "curado" para cierto proceso, convenciéndose a sí mismo y tratando de convencer a sus familiares y amigos de ello, a lo cual los "terapeutas" de la secta le siguen su juego, completando el proceso y "graduándolo" como candidato para el siguiente proceso superior. Es así como pasa de "aclarado" (lo cual consta de varias etapas que hay que completar erogando mucho tiempo y dinero) a OT 1, tras lo cual sigue OT 2, tras lo cual sigue OT 3, y así sucesivamente. Se ha estimado que un "recorrido" completo por todos los niveles de la Cienciología -desde "pre-aclarado" hasta llegar al nivel OT 8- tendrá un costo que puede oscilar desde los 365 mil dólares (según estimativos de Operation Clambake) hasta el medio millón de dólares, y consumirá por lo menos de diez a quince años de la vida de una persona.

¡¡¡¡¡¡$$$$$$$$$$!!!!!!

Echando números, no cabe duda de que la Cienciología es un negocio, un gran negocio. Un negocio a costa de estarle vaciando sus cuentas bancarias a los enceguecidos seguidores. Pero ávido de quedarse con todo el dinero obtenido, el codicioso Hubbard proclamó el 18 de noviembre de 1953 a la Cienciología como una "religión", reclamando bajo tal "hecho" su derecho a la exención total del pago de impuestos. Esta es la verdadera razón por la cual la Cienciología se autollama "Iglesia de Cienciología", aunque hasta la fecha el objeto de adoración de su culto sigue siendo un misterio, a menos de que se considere al mismo Hubbard como el objeto del culto de la secta. La exención del pago de impuestos le fue otorgada a la nueva "iglesia" de Cienciología en California por la Oficina de Recaudación de Impuestos (Internal Revenue Service, IRS) el 2 de enero de 1957.

De cualquier modo, no es necesario recurrir ni siquiera a una sola de las miles de víctimas que declaran haber invertido muchas horas de su vida y haber vaciado sus cuentas bancarias sin haber obtenido uno solo de los muchos beneficios prometidos por la Cienciología, o a los muchos otros autores como Jon Atack y Russell Miller que lo han estudiado bien y han escrito sobre esta personalidad siniestra. Hay dos personas que son el testimonio más duro en contra del santón de la secta: sus propios hijos. Uno de ellos, Geoffrey Quentin McCaully Hubbard, aparentemente se quitó la vida bajo circunstancias extrañas. Obviamente, los procesos de "sanación espiritual" de la pseudo-ciencia pseudo-religiosa dizque inventados por su padre, lejos de salvarlo, lo llevaron a la tumba. Y el otro, L. Ron Hubbard Jr.:





se ha encargado toda su vida de denunciar a su propio padre como un charlatán estafador, al grado de abjurar de su nombre y su apellido, cambiándolos por su nueva indentidad de Ronald DeWolf, lo cual está consignado en el libro Hubbard: Messiah or Madman? ("Hubbard: ¿Mesías o Desquiciado?", libro que, por cierto, los herederos de la secta intentaron suprimir primero por las vías legaloides, y al no lograrlo estuvieron comprando todos los ejemplares del mismo en grandes cantidades en su afán por desaparecer la mayor cantidad posible de ejemplares del mismo, destruyendo todo lo que pudieron destruír). Y una cosa en la que están de acuerdo la gran mayoría de los que estuvieron en dicha secta cuando Hubbard aún vivía y que terminaron saliéndose de ella decepcionados ante la ausencia del cumplimiento de las promesas de "sanación espiritual, mental y física", es que Hubbard era un tirano con su propia gente, incurriendo en excesos que a veces rayaban en el sadismo, creando para ello algo que llamó "Rehabilitation Project Force" (RPF), seguramente tratando de emular la disciplina impartida por los Nazis alemanes. Todo esto salido de una persona que supuestamente era "el ser más espiritualmente avanzado que ha existido en la historia de la humanidad".

En el libro "Dianetics: The Original Thesis" ya citado, encontramos una aserción hecha para "tranquilizar" a los nuevos adeptos a la secta, lo cual aparece también reproducido en el libro "Dianética: La Ciencia Moderna de la Salud Mental":

El hecho de que el dianeticista está interesado únicamente en lo que se le ha hecho al pre-aclarado y no está interesado en lo absoluto en lo que el mismo pre-aclarado le ha hecho a otros simplifica enormemente la auditoría (dianética).

Pero en la Cienciología, con la cual Hubbard reemplazó rápidamente a la Dianética, resulta que dentro de la secta tanto los encargados del negocio como los "auditores de campo" están mucho, pero mucho muy interesados, en saber todo, pero absolutamente todo, lo que una persona le haya hecho a otros, a lo cual le llaman "overts". Y los incautos que se someten a los "procesos" tienen que ir "confesándole" a sus auditores cienciológos todo, pero absolutamente todo, lo que le han hecho a otros, lo cual es anotado sin omisión de detalles por los "auditores" dentro del expediente "carpeta" (folder) del "paciente bajo tratamiento". Y este es precisamente el material con el cual se chantajea y se extorsiona posteriormente a los clientes de la secta, al igual que los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara y sus emisarios dentro del Yunque pueden utilizar la pertenencia a estas organizaciones secretas y todo lo que saben de sus miembros para tratar de chantajearlos y extorsionarlos por el resto de sus vidas.

El que la Cienciología es un fraude desde el principio hasta el final está expuesto no sólo por "principiantes" que se salieron decepcionados sin haber avanzado más allá de algunos de los "grados" más elementales, o por articulistas investigadores de renombre, o inclusive por "aclarados" como John McMaster, el "primer aclarado del mundo". Ha sido expuesto inclusive por quienes han recorrido prácticamente todos los grados ofrecidos por la secta, hasta llegar a los niveles más avanzados que este enajenante culto puede ofrecer. Uno de ellos es Michael Pattinson:





el cual obtuvo (o mejor dicho, le dieron):





el nivel de OT VIII (OT 8), el nivel "espiritual" más avanzado y más sofisticado que la Cienciología puede ofrecer a su clientela, con el cual supuestamente debería de tener poderes, capacidades y habilidades que dejarían a los dioses griegos con la boca abierta. Pues bien, este hombre, que terminó saliéndose de la secta por completo en 1997, jamás logró esas facultades prodigiosas de percepción extrasensorial desarrollada al máximo, telequinesis, levitación, memoria perfecta, recuerdo total de todas las vidas pasadas, recuerdo total de los lapsos entre vidas, salud física impecable, libertad total de enfermedades psicosomáticas, y demás privilegios que supuestamente lograban los alumnos avanzados de la secta. ¡Ni siquiera lo ayudaron a liberarse de los lentes, otra de las primeras promesas de la Dianética que jamás le fueron cumplidas a nadie! Jamás obtuvo nada de esto, y al final decidió dedicar el resto de su vida a exponer la fraudulencia del culto en un tracto titulado "My Experiences in Scientology", el cual consta de varias partes y el cual puede ser consultado en Internet por cualquiera.

Seguramente traumado y acomplejado por sus malas experiencias en la Marina norteamericana, en donde se le consideró un inepto incapaz de confiársele puesto de mando alguno, Hubbard, el "hombre sin traumas", usando parte de los cientos de millones de dólares que le estaba ingresando mensualmente a sus bolsillos su secta, se compró un yate transatlántico, el Freewinds, del cual se nombró a sí mismo Capitán Comodoro, dando rienda suelta a sus fantasías malogradas de dirigir un buque de guerra. Y tras esto, continuó con la adquisición de más buques transatlánticos como el Apollo para construír su propia flota de la cual se nombró a sí mismo como Almirante, todo ello financiado con dinero mal habido producto de la estafa y el engaño.

La pregunta obvia es: ¿Cómo, después de lo mucho que ha sido revelado por muchos ex-miembros de la Cienciología, después de lo mucho que se ha escrito acerca de la misma exponiendo sus terribles secretos, aún hay incautos que siguen cayendo en sus redes engrosándole los bolsillos a quienes muy posiblemente movidos por la codicia terminaron matando al creador de la secta? Bueno, la misma pregunta nos podríamos hacer en relación a la extrema derecha mexicana y a sus promotores, la sociedad clandestina Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara. ¿Cómo es posible que, a 80 años de que Los Protocolos de los Sabios de Sión fueran desenmascarados como un vil fraude literario, a medio siglo de que tras la derrota del Nazismo sus horrores y sus crueldades hayan quedado expuestas en toda su amplia crudeza, aún haya jóvenes en nuestros días que se dejen seducir por esas fantasías creyendo en el mito de "la gran conspiración judía masónica comunista", aún haya gente que sigue comprando la propaganda chatarra del cada vez más enajenado Salvador Borrego, y aún haya padres de familia que siguen enviando a sus hijos a estudiar al nido central del nazi-fascismo mexicano, la Universidad Autónoma de Guadalajara? Aquí los lectores de Spectator tienen la palabra.

A 57 años del "descubrimiento" de la mente reactiva postulada por Hubbard, esa cosa dizque producto de un estudio de la mente humana llevada a cabo por un "ingeniero físico nuclear" (que a fin de cuentas ni era ingeniero ni era físico nuclear), no existe evidencia alguna sobre la existencia de esa cosa. Y como no se puede "aclarar" algo que de inicio nunca existió, se concluye que lo único que hizo este moderno Rasputín fue "aclarar" en su propio beneficio las cuentas bancarias de sus seguidores, dejándolas completamente limpias. Nada, absolutamente nada de lo que "descubrió" L. Ron Hubbard, es reconocido con mérito alguno en ninguna agrupación científica de renombre o en alguna universidad prestigiosa. Toda su obra es clasificada en la actualidad como charlatanería. Excepto, claro está, por sus ilusos fanáticos que lo sobreviven, al igual que como ocurre con la literatura neo-Nazi engendrada por el farsante pseudo-historiador Salvador Borrego y sus espectaculares "revelaciones". En la escala evolutiva del hombre, Spectator no puede hacer menos que poner a estos falsos profetas que han llevado a miles de jóvenes a su perdición a la par con los gángsters de Chicago, los narcotraficantes, y genocidas reconocidos como el sanguinario Pol Pot, el metódico Lavrentiy Beria, y el industrializado Heinrich Himmler; o sea, un grado por debajo del valor que le podemos asignar en la escala evolutiva a una amiba.

Con todo lo repugnante que pueda parecerle a algunos el historial de lo que ya se sabe y se tiene confirmado sobre L. Ron Hubbard, hay otra cosa que siempre tuvo en común con la sociedad secreta de extrema derecha Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, algo que seguramente habría sido del mayor agrado posible de los neofascistas mexicanos, haciendo susceptibles a algunos de ellos de caer en sus redes. L. Ron Hubbard era rabiosamente anticomunista, hasta la médula de los huesos. Pero hoy se dá por hecho que su anticomunismo (al igual que el de los Tecos) tenía más que ver con sus intereses personales propios que los intereses del bien común de los demás. Bajo un régimen comunista, una pseudo-religión charlatana como la Cienciología no sólo habría tenido problemas para operar dentro de la Unión Soviética, inclusive habría sido proscrita con todos sus emisarios deportados a la tundra siberiana. En los años de mayor auge de la dianética y la cienciología, a la "Iglesia" de la Cienciología jamás se le permitió abrir sucursales en ninguno de los países que estaban bajo la órbita soviética. Al igual que como ocurrió con Hitler, el sistema comunista, llanamente, siempre fue un estorbo para los planes de expansión y dominación mundial de Hubbard a través de su secta, y esto era algo que Hubbard simple y sencillamente no podía tolerar.

En México, los impulsores de las prédicas estrafalarias pseudo-científicas de L. Ron Hubbard resultaron ser unos acaudalados empresarios apellidados "los García", los cuales fundaron el "Instituto de Filosofía Aplicada", montando amplios centros de operaciones en la calle Dinamarca 63 (en la colonia Juárez) y en Plaza Río de Janeiro 52 (en la colonia Roma) en la Ciudad de México, en los cuales se encargaron de reclutar a incautos incluyendo famosos actores, cantantes y cómicos tales como Helena Rojo, Johny Laboriel, y el payaso "Cepillín", ninguno de los cuales por cierto ha dado muestras de ser mejor de lo que era antes de adherirse a esta organización. Tras la muerte de Hubbard, los "Institutos de Filosofía Aplicada" entraron en decadencia, al igual que sus acaudalados patrocinadores operating thetan a los que no ha sido posible contactar porque tal parece que se los tragó la tierra, aunque es posible que, haciendo honor a sus nombramientos Hubbartianos como avanzadísimos seres espirituales OT, se encuentren ahora levitando en místicos viajes astrales hacia otras dimensiones etéreas a las que sólo estos "privilegiados" supuestamente pueden "ascender", flotando ectoplásmicamente en algún lugar en donde puedan cosechar aquello por lo que tan duramente trabajaron (así como lo que sembraron) durante su estancia en el planeta Tierra. A lo mejor y hasta están haciéndole compañía al mismo L. Ron Hubbard, por el resto de la eternidad, en el lugar en donde posiblemente se encuentre en su calidad de thetan, tal vez un lugar en donde la temperatura sea incómodamente alta.

Resulta interesante agregar que en la ciudad de Guadalajara, en la misma sede de la terrible sociedad ultraderechística Tecos, también se montó un centro de operaciones, la "Organización Cultural de Dianética", en la avenida López Mateos Norte 329, y como uno de los requisitos para poder ir avanzando hacia los grados "superiores" es ir soltando todos los secretos que la persona no revelaría ni siquiera a su confesor, es algo casi garantizado el que aquellos Tecos que, además de su adicción a la extrema derecha, se hayan vuelto adictos a la Cienciología (¡doble lavado de cerebro!), hayan terminado despepitando ante sus "confesores" cienciólogos no sólo su asociación a la sociedad Tecos sino inclusive muchos de los "secretos" de la misma desde que fueron reclutados. Hoy en día, la Cienciología jalisciense tiene su plataforma de operaciones en el número 22 de la calle Ramos Millán (a un lado del colegio Enrique Díaz de León) en la Colonia Americana de la ciudad de Guadalajara, en donde seguramente sus "confesores" (auditores) todavía le siguen sacando mucha información a los cienciólogos tapatíos con la cual los pueden extorsionar y chantajear forzándolos por el resto de sus vidas a ser soldados esclavos del culto, información que tal vez incluya un expediente negro con mucha información acerca de la sociedad secreta de ultraderecha neo-Nazi Tecos de la UAG y acerca de los dueños de la Autónoma de Guadalajara. Naturalmente, cualquier información que vaya entrando en dicho expediente no estará en Guadalajara, ni siquiera en México, y posiblemente ni siquiera en algún país que forme parte de un territorio continental, sino muy posiblemente en uno de los buques transatlánticos operados por la secta, mar adentro en donde están fuera de la jurisdicción legal de cualquier país.

Mucho más interesante que la fracturada presencia de la Cienciología en México es el hecho de que en el mismo corazón de la comunidad judía mundial, en la capital del estado de Israel, en Tel Aviv (dizque centro de "la gran conspiración judía masónica comunista" al decir de los enajenados Tecos), la Cienciología echó raíces en el número 30 del céntrico boulevard Jerusalén, con un lujoso edificio de tres pisos dándoles un total de 4,950 metros cuadrados:





en cuyo interior, reflejando las toneladas de dinero que a los administradores de la secta parece que les sobra a manos llenas, lo que abunda es high class y elegancia. Naturalmente, dentro de estas instalaciones no hay muchas referencias a los personajes bíblicos que son tenidos en alta estima por quienes practican en Israel el Judaísmo tradicional como religión, lo que hay son las fotografías omnipresentes del santón fundador a quien se le debe guardar en todo momento la más profunda reverencia y respeto. Y en lo que al Creador del Universo respecta, no sólo aquí sino en todas las demás franquicias de la Cienciología alrededor del mundo lo relacionado con Yahveh queda reemplazado por el tecnicismo cienciológico al neologismo de la "octava dinámica", siguiendo la redefinición de todo llevada a cabo por Hubbard.

De cualquier modo, en una cosa sí son diferentes la Cienciología y las organizaciones extremistas de la ultraderecha mexicana. La Cienciología opera abiertamente, sus líderes son claramente reconocibles y no lo esconden, la ubicación de sus oficinas es del conocimiento público (en la ciudad de Los Angeles, su domicilio está situado en el número 1308 de la calle L. Ron Hubbard Way), entanto que los Tecos y sus cachorros en la Organización Nacional del Yunque, haciendo honor a la cobardía que les es característica, esconden sus rostros en la clandestinidad, esconden sus sitios de reunión en el anonimato, y niegan lo que son cuando se les pregunta por ello. Siendo iguales en todo lo demás, esto último permite ubicar a la extrema derecha mexicana no sólo como algo equivalente a la Cienciología, sino inclusive como algo peor. Lo cual es un "honor" del cual hay pocos motivos para estar orgulloso.


--------------------------------


Documentos consultados:


(1) "Dianetics: The Modern Science of Mental Health", L. Ron Hubbard, 1950.

(2) "Science and Sanity: An Introduction to Non-Aristotelian Systems and General Semantics", Conde Alfred O. Korzybski, 1933

(3) "L. Ron Hubbard: Messiah or Madman?", Bent Corydon y L. Ron Hubbard Jr., 1987

(4) "The Hidden Story of Scientology", Omar V. Garrison, 1974

(5) "Dianetics: The Original Thesis", L. Ron Hubbard, 1948

(6) "An Experimental Investigation of Hubbard's Engram Hypothesis (Dianetics)", Jack Fox, Alvin E. Davis, B. Lebovitz, PSYCHOLOGICAL NEWSLETTER, 1959, 10, 131-134

(7) "The Dynamics of Life", L. Ron Hubbard, 1983

(8) "Fads and Fallacies in the Name of Science", Martin Gardner, 1957

(9) "Satan's Power: Ethnography of a Deviant Psychotherapy Cult", William Sims Bainbridge, 1978

(10) "Have you lived before this life?", L. Ron Hubbard, 1950

(11) "Scientology: The Cult of Greed", Richard Behar, Time Magazine, 6 de mayo de 1991

(12) "Dianetics: The Evolution of a Science", L. Ron Hubbard, 1950

(13) "The Search for the Beloved: A clinical investigation of the trauma of birth and pre-natal conditioning", Nandor Fodor, 1949

(14) "Inside the Church of Scientology: An Exclusive Interview with L. Ron Hubbard Jr.", Revista Penthouse, Junio de 1983

(15) "The Scandal of Scientology", Paulette Cooper, 1970

(16) "Child Dianetics: dianetic processing for children", L. Ron Hubbard, 1951

(17) "A Doctor's Report on Dianetics: Theory and Therapy", Dr. Joseph Augustus Winter, 1951

(18) "Homo novis. The person ceases to respond like Homo sapiens and has fantastic capability to learn and act", Hubbard Communications Office Bulletin, 28 de Junio de 1965

(19) "Fair Game", Hubbard Communications Office Policy Letter, 18 de octubre de 1967

(20) "Scientology: The Fundamentals of Thought", L. Ron Hubbard, 1956

(21) "Bare-faced Messiah: The True Story of L. Ron Hubbard", Russell Miller, 1987

(22) "Im Labyrinth der Scientology", Norbert Potthoff, 1997

(23) "A Piece of Blue Sky: Scientology, Dianetics and L. Ron Hubbard Exposed", Jon Atack, 1990

(24) "The Hubbard is Bare", Jeff Jacobsen, 1992

(25) "The Road to Total Freedom: A Sociological Analysis of Scientology", Roy Wallis, 1976

(26) "The Puzzling Death of Konrad Aigner", Gerhard Huber, Passau New Press, 14 de febrero de 1998

(27) "The Challenge of the Cults", Maurice Burrell, 1982

(28) "Scientology: A dangerous method of mind-probing attracts a large cult. A true life nightmare", Alan Levy, Revista LIFE, 15 de noviembre de 1968

(29) "What Christians Need to Know about Scientology", Margery Wakefield, 1991


-------------------------


POST SCRIPTUM:


A dos días de comenzar el año nuevo, el viernes 2 de enero del 2009 en un hotel de las Bahamas ocurrió un evento que cimbró los cimientos de la Cienciología de manera inesperada. En ese día fue encontrado muerto el hijo del famoso actor John Travolta, Jett Travolta, de 14 años de edad:





La razón por la cual la muerte inesperada de Jett Travolta representa un descalabro colosal a los “paraísos” ofrecidos por la Cienciología es porque se trataba no sólo del hijo de uno de los actores más famosos que siempre le fue incuestionablemente leal a la Cienciología por varias décadas desde los años setenta, sino por el hecho de que pese a que su padre contaba con sobrados recursos económicos para comprarle a su hijo Jett los más avanzados “procesos” de “auditación” que el dinero pueda comprar en la Iglesia de Cienciología, estos procesos fueron totalmente inútiles para ayudarle al hijo de John Travolta a superar los males que lo habían estado aquejando desde hace varios años.

Cuando apareció por vez primera el libro-fraude Dianética: La Ciencia Moderna de la Salud Mental, el libro llenó de falsas esperanzas a millares de sus lectores al hacerles creer que prácticamente todas las enfermedades tenían un origen psicosomático causado por los engrams almacenados dentro de la “mente reactiva”, diciéndoles que bastaría la simple aplicación de los maravillosos procesos de auditación dizque descubiertos por L. Ron Hubbard para “limpiar” la “mente reactiva” haciéndola desaparecer por completo a grado tal que inclusive hasta los que necesitaban anteojos dejarían de necesitarlos al repararse todo el cuerpo por sí solo sin las interferencias de la mente reactiva (no existe hasta la fecha un solo caso clínico documentado en el cual la aplicación de los procedimientos de la dianética le haya corregido a persona alguna su necesidad para el uso de lentes en caso de que los haya requerido previamente por prescripción médica). Todo lo que se requería era someter a la persona a los costosos procedimientos de auditación dianética para irle limpiando su mente reactiva hasta hacérsela desaparecer convirtiéndola en un aclarado, un ser superior libre de todo tipo de traumas y sobre todo libre de todo tipo de enfermedades psicosomáticas. Al menos esa era la promesa. Poco después Hubbard introdujo la Cienciología argumentando que era superior a la Dianética porque gracias a la Cienciología se limpiaban por completo no sólo los engrams de la persona en su vida presente sino también todos los engrams acumulados en sus vidas pasadas, produciéndose el Operating Thetan, un ser espiritual puro que en su momento se llegó a afirmar que sería superior inclusive al mismo Jesucristo en su capacidad para obrar prodigios y milagros porque en los tiempos de Jesús no se conocía el estado del aclarado y mucho menos el sublime estado del “Operating Thetan”. Al menos esa era la promesa. Y si el Señor Jesús que según el dogma doctrinario de la Iglesia de Cienciología no era un aclarado y mucho menos un Thetan y pese a ello era capaz de obrar milagros tales como devolverle la vista a los ciegos, caminar sobre el agua y resucitar a los muertos, ¿qué portentos no sería capaz de hacer uno de esos seres superiores liberados por completo en sus habilidades espirituales gracias a los procesos de auditación vendidos a precio de oro por la Iglesia de Cienciología?

John Travolta siempre ha sido un creyente fanático en la Dianética y la Cienciología desde 1975 cuando alguien le dió el libro Dianética: La Ciencia Moderna de la Salud Mental mientras filmaba la película The Devil's Rain en Durango, Mexico (quizá si le hubieran dado los libros Los Protocolos de los Sabios de Sión y El Judío Internacional, en vez de terminar en la secta en la que terminó habría habría terminado en otra igual o peor) se resiste a creer que no debe absolutamente nada de su talento como actor a habilidades innatas que no hubiera tenido ya desde antes de ingresar a la locura de la pseudo-ciencia que no dejaría jamás. Una vez dentro de estas creencias, salir de ellas es cosa rara. Y para todo el tiempo de su vida -contabilizado en décadas- que le ha metido a la Cienciología, a Travolta jamás se le ha visto obrar ninguno de los prodigios o milagros que la Iglesia Católica le atribuye a los Santos y al Señor Jesús. Si no pudo ayudar a su propio hijo, su único hijo varón, a salvar su vida, ¿a quién creerá Travolta que pueda ayudar con la pseudo-ciencia abrazada por él?

Todo esto nos debe recordar que cuando aún vivía el “gran santón” de la secta de Cienciología, L. Ron Hubbard, no sólo no pudo realizar ninguno de los milagros que las Sagradas Escrituras le atribuyen al Señor Jesús como caminar en el agua o sanar enfermos, lo cual hubiera sido de utilidad en el caso de la madre de John Travolta para la cual las “avanzadas técnicas” dianéticas costando decenas de miles de dólares no pudieron hacer absolutamente nada que los médicos no hubieran podido hacer, sino que... ¡ni siquiera le sirvieron a Hubbard para poder ayudarse a sí mismo salvándolo de los derrames cerebrales que lo dejaron severamente incapacitado obligándolo a retirarse por completo de la vida pública escondiéndose en el anonimato! (Uno de los dogmas básicos de las enseñanzas de Hubbard es que “gracias” a la Cienciología la persona queda “liberada” por completo de los míticos “engrams” que la están bloqueando en sus “poderosas habilidades espirituales” comparables a las de un dios griego y por lo tanto ya no tiene necesidad de andarse escondiendo ni de andar escondiendo su “superioridad” y sus “habilidades”.) En la era post-Hubbartiana los continuadores -y beneficiarios económicos- de su excéntrico legado justifican tal ausencia de “habilidades y dotes milagrosas” en el mismo Hubbard alegando que todo lo que vemos a nuestro alrededor no es nada más que un “juego cósmico” en el que todos nos pusimos de acuerdo cuando eramos “seres espirituales Operating Thetan”, y que un “liberado” por la Cienciología opera con tan altas normas de “ética” que no se atreverá a “echarles a perder a su juego” a trillones y trillones de seres que se pusieron de acuerdo en tal juego. Pero si fuera así, ¿no serían entonces la Dianética y la Cienciología una forma de arruinar el “juego” a que hacen referencia habido el hecho de que la meta del fundador era “aclarar” el Universo entero? De cualquier manera, considerando a esta secta como un fraude de principio a fin, es mucho más factible esperar encontrar milagros en las situaciones convencionales descritas en las Escrituras y en los hechos de los Santos y los Apóstoles que en la pseudo-tecnología espiritual de la Cienciología cuyo fundador fue en vida todo lo contrario de aquellos a quienes se han atribuído milagros en el pasado.

Al encontrarse John Travolta frente a la caja que contenía los restos mortales de su hijo, impotente para poder hacer algo por su hijo del mismo modo que fue impotente para hacer algo por él en vida para liberarlo de los males que lo aquejaban tales como el síndrome de Kawasaki, lo único que podía verse era el fracaso total y rotundo de las falsas promesas hechas por uno de los impostores más grandes del siglo veinte.

Lo que hace más trágico el caso del hijo de John Travolta es que además del síndrome de Kawasaki el joven padecía de trastornos epilépticos y de autismo, lo cual requería que se le proporcionase tratamiento psiquiátrico con ayuda de medicamentos para el control de sus enfermedades neuronales causadas no por los engrams pregonados por Hubbard sino por procesos de desbalances químicos en el cerebro. Pero... ¿cómo iba a poner John Travolta a su propio hijo en manos de algún psiquiatra cuando la secta a la que pertenece ha hecho una de sus causas primordiales la desaparición de la psiquiatría -a la cual Hubbard siempre consideró como una competidora de su secta- estando prohibido terminantemente a todo Cienciólogo el procurar ayuda psiquiátrica? Puesto más fríamente, por sus convicciones en la secta de la Cienciología a la cual John Travolta le ha sido fiel toda su vida, se presume que Travolta le negó a su propio hijo la ayuda médica que podría haberle salvado la vida. Y ahora lo único que le queda es el recuerdo del único hijo que se le conoce. De nada sirvieron los touch assists enseñados en los cursos introductorios de la Dianética, de nada sirvieron los procesos de Drug Rundown, de nada sirvieron las auditaciones bajo el E-meter, de nada sirvió toda la charlatanería de la Cienciología para poder ayudar en lo más mínimo al hijo de John Travolta.

Y sin embargo, tras este duro golpe que John Travolta se llevará consigo hasta su tumba, aún sigue creyendo en la Cienciología a la cual le sigue y le seguirá siendo fiel toda su vida. Esto es reminiscente de lo mismo que ocurre con los ultraderechistas cuyo cerebro ha estado siendo “lavado” por años y años con literatura fraudulenta. Por más que se les presenten razones lógicas que les desmoronen sus argumentos, por más que se trate de abrirles los ojos recurriendo no a propaganda chatarra sino a la verdad histórica, insistirán en mantenerse aferrados pese a todo a sus extravagantes creencias, no hay forma de volverlos a la normalidad. En el peor de los casos, si lo que descubran ya sea por ellos mismos o con ayuda experta especializada termina de demostrarles de modo contundente que todo lo que han sostenido como dogma infalible toda su vida es una ficción, desmoronándoles totalmente aquello a lo cual se habían estado aferrando como mulas quizá por toda una vida, lo más probable es que al ser incapaces de confrontar y vivir con su nueva realidad terminen de modo fulminante su angustiante despertar a la realidad pegándose un tiro en la cabeza o saltando a un barranco.

Además de John Travolta, hay muchos otros personajes famosos cuya fé ciega y su confianza han sido traicionadas de la manera más vil por aquellos en los cuales en un mal momento decidieron confiarles sus más íntimos secretos, temores, anhelos y esperanzas. Uno de ellos es el conocido actor Tom Cruise:





del cual en fechas recientes apareció la siguiente nota:

Es la burla de Cienciólogos
AGENCIAS
10 de mayo del 2010

Aunque Tom Cruise es un fiel seguidor y defensor de la Cienciología, al parecer otros miembros de esta doctrina no le profesan la misma devoción al actor.

Tom fue grabado varias veces mientras se confesaba ante David Miscavige, considerado el gurú de la Cienciología, y más tarde esas grabaciones fueron usadas como objeto de burla en reuniones de otros miembros de este credo, incluido Miscavige.

Mark Rathbun, quien fue uno de los cienciólogos de más alto perfil, reveló en su blog personal que se le ordenaba colocar cámaras y grabadoras en la habitación donde Tom acostumbraba confesarse ante Miscavige.

Después, Rathbun preparaba reportes sobre el contenido de las cintas. “Finalmente supe a través de un testigo confiable que Miscavige se reúne con regularidad con miembros de la Cienciología y, mientras toman whisky, leen los reportes, se ríen y hacen bromas con el contenido de las confesiones de Tom”, aseguró.

En toda religión que le pida a sus creyentes la revelación confidencial de sus pecados o de sus problemas y conflictos personales interiores con el fin de liberar a los creyentes de la carga emocional negativa que tales problemas representan, los cuales sin un desfogue hacia afuera pueden pesar como un lastre sobre el individuo arruinándole su vida (las terapias psicológicas en su gran mayoría parten de la premisa de que estas cargas negativas pueden ser superadas de alguna manera, ya que de otra forma no habría esperanza alguna de mejoría), se espera que las confesiones en las cuales son revelados estos conflictos y traumas personales íntimos sean conservadas en el más absoluto secreto, como ocurre en el caso de la Iglesia Católica para la cual el secreto de confesión entre el feligrés y el sacerdote es tan sagrado que el sacerdote está imposibilitado para confiar cualquiera de dichos secretos inclusive al Obispo de su parroquia aún bajo las condiciones más extenuantes.

Lo que la nota periodística nos dice es que en el caso de Tom Cruise los líderes de la secta no sólo violaron atrozmente la confidencialidad de las confesiones de Tom Cruise sino inclusive las utilizaron para estarse carcajeando de él a sus costillas. Y si ésto se lo hicieron a uno de sus más famosos seguidores, se lo pueden hacer a cualquiera (y de hecho, lo hacen rutinariamente). Y si son capaces de hacer esto, bien pueden mantener chantajeado a cualquiera que en el “confesionario” les haya revelado cosas cuya revelación pública lo pueden hundir destruyéndole totalmente su reputación o inclusive enviarlo a la cárcel. Lo pueden estar chantajeando para que no se salga del culto bajo la amenaza velada de que si abandona la secta será proclamado una “persona supresiva” (el equivalente en Cienciología de condenar a una persona al Infierno eterno), lo pueden estar chantajeando para que siga haciendo apariciones públicas promocionando a la secta, en fin, lo pueden estar chantajeando para obligarlo a que haga lo que quieran que haga. Algo similar ocurre a quienes son ingresados a una sociedad secreta fanática como los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, por el solo hecho de haber ingresado lo pueden chantajear con la información que han extraído sobre él.

Al igual que en el caso del tabaco y de las drogas para las cuales el mejor tratamiento consiste en no probarlas jamás con el objeto de no desarrollar un vicio sumamente difícil si no imposible de curar o de controlar, la mejor forma de no desarrollar una adicción a una secta como la Cienciología o los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara es no entrando jamás en ellas, porque las consecuencias a largo plazo pueden ser desagradables. Y aquí tenemos lo sucedido a John Travolta y a Tom Cruise como ejemplo de ello.